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Celebración del Sacramento del Bautismo

  • Foto del escritor: Comunicaciones PMA
    Comunicaciones PMA
  • hace 6 dĆ­as
  • 2 Min. de lectura

El pasado viernes 24 de octubre, se vivió una jornada profundamente significativa en la comunidad salesiana con la celebración del sacramento del Bautismo. Doce niñas recibieron este sacramento, entre ellas una bebé, en una ceremonia llena de alegría, espiritualidad y esperanza. El padre Elías Calderón presidió la celebración, guiando con cercanía y solemnidad cada momento del rito litúrgico.

Doce niñas recibieron el Bautismo en una celebración llena de fe, presidida por el padre Elías Calderón.
Doce niñas recibieron el Bautismo en una celebración llena de fe, presidida por el padre Elías Calderón.

Las niñas fueron acompañadas en su proceso de preparación por Sor Mayra Morales, quien durante varias semanas les brindó formación sobre el sentido del Bautismo, su importancia como primer paso en la vida cristiana, y el llamado a vivir como hijas de Dios en comunidad. Este acompañamiento incluyó espacios de reflexión, oración y dinÔmicas que ayudaron a las participantes a comprender el valor de este sacramento como signo de pertenencia a la Iglesia.


La ceremonia se desarrolló en un ambiente de recogimiento y celebración. El signo del agua, la unción con el santo crisma y la entrega del cirio encendido marcaron momentos de profunda emoción tanto para las bautizadas como para sus familias, quienes se hicieron presentes desde tempranas horas para compartir este acontecimiento de fe. Los cantos, la participación activa y el espíritu comunitario hicieron de la celebración una experiencia viva y transformadora.


Al finalizar la liturgia, la hermana directora, sor Dilsia Martínez, dirigió unas palabras llenas de gratitud y aliento. Felicitó a las niñas por este paso tan importante en su camino espiritual y las animó a crecer en el amor de Dios, viviendo con alegría su nueva identidad como cristianas. También agradeció al padre Elías Calderón por su cercanía pastoral y a todas las personas que colaboraron para que la celebración se desarrollara con orden, belleza y profundidad espiritual.


Este momento de gracia fortalece el compromiso de la comunidad educativa con la misión evangelizadora, y renueva el llamado a seguir acompañando a la niñez en su crecimiento integral, desde la fe y los valores del Evangelio.


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